sábado, 19 de mayo de 2012

La vida es como un taxi: estés parado o en marcha, el taxímetro sigue corriendo.

Nadie sabe realmente por qué vive hasta que descubre por lo que estaría dispuesto a morir.
La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino en aprender a bailar bajo la lluvia.
No creo en la muerte porque uno no está presente para saber que, en efecto, ha ocurrido.
La vida no se pierde al morir; la vida se pierde minuto a minuto, se arrastra día a día, en mil pequeños descuidos.
La vida no se mide por los momentos que respiramos, sino por los momentos que nos dejan sin respiración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario